sábado, 12 de abril de 2014

Patrimonio etnográfico. Los hornos y los hornazos

       El horno es un elemento arquitectónico singular. Éste de la foto se encuentra en El Quintillo, una finca de Villanueva de Córdoba, tomando la carretera que va hacia Obejo. 
Este tipo de hornos, con forma de bóveda, estaban construidos en barro y piedra. A veces se hacían incrustando una tinaja grande de barro con la boca hacia afuera. Se quemaba leña de encina para caldearlo, y cuando se encontraba caliente, se barría el suelo y se tapaba para que no perdiese el calor, hasta que se metía el pan a cocer. Hubo tiempos en que este pan se hacía de bellotas y de garbanzos. siendo muy importantes al igual que los molinos harineros y los de aceite para la subsistencia de la población.
       Parece que las primeras formas de este tipo de hornos se remontan a Egipto. Se descubrieron restos, hechos de ladrillo con tierra arcillosa del Nilo y con un hueco abajo para almacenar la leña y un hogar para la cocción. Después los griegos lo desarrollaron con la forma de cúpula. Los romanos lo tomaron de los griegos y lo emplearon para transformar el trigo como alimento fundamental y básico. El horno romano se fabricaba con un arco para que el techo se sostuviese con el mismo material que lo componía. 
           Eran típicos en Los Pedroches los "hornazos", unos panes o bollos que se cocían en los hornos hasta estar dorados y que contenían un huevo duro en su interior. Se comían con ocasión de celebraciones y romerías, pero sobre todo durante los días anteriores o posteriores a la Pascua, pues en Cuaresma no era posible ya que el huevo era considerado como carne.




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