miércoles, 17 de junio de 2015

PISANDO ARTE: las baldosas hidráulicas, parte del patrimonio etnográfico y arquitectónico de Los Pedroches

         Desde tiempos casi inmemoriales, el suelo de las viviendas se ha adecuado al tipo de arquitectura y al estilo artístico dominante, constituyendo una forma de expresión  y un verdadero arte. Ha servido para realzar estéticamente los espacios nobles y concretar los diferentes usos de cada espacio dentro de una casa.
      Se enclava su origen al sur de Francia, hacia el año 1850, viéndose influenciada toda la zona mediterránea después,  y expandiéndose a la Inglaterra Victoriana y a Rusia más adelante. Sin embargo, su antecedente más remoto se sitúa en la Italia de los s.XVII y XVIII.

       Según la época, lugar geográfico y poder adquisitivo de los dueños de las viviendas, las solerías de losetas y  mosaicos hidraúlicos  podían elaborarse con mármol, granito, piedra pulida, barro cocido, etc. Tradicionalmente se fabricaban de forma artesanal, a partir de mortero de cemento y pigmentos de color, pero los grandes adelantos industriales supusieron el paso hacia los baldosines prensados y al pavimento cerámico. Gracias a la gran popularidad entre todas las clases sociales, a la mejor calidad, y a la más sencilla fabricación, finalmente se abarataron.

       En el diseño de los mosaicos hidraúlicos resulta muy llamativa su fuerza expresiva. Inspirados en estilos Art Decó y Modernista, se nos presentan muy  atractivos, con motivos que van desde rombos, flores y estrellas a dibujos geométricos.

      Antiguamente, muchas de las estancias de las casas tenían suelos diferentes en diseños y estilos, aportando a cada habitación un toque distinto y original. Proporcionaba  esta solería un suelo fresco, duro y resistente, a la vez que la estancia o habitación transmitía dinamismo y calidez.

       Hoy día, como retorno a la tradición, en gran medida por moda, y en parte por una mayor concienciación sobre la conservación del patrimonio, se vuelve a usar este tipo de baldosa en la decoración de interiores, con objeto de personalizar ambientes a través de diseños coloristas y vitalistas, floreados o de secuencias geométricas repetitivas, en granates, verdes, grises, añiles, azules, cremas, marrones...En las viviendas de Los Pedroches, a menudo, se encontraba el pasillo de la casa enchinado y los laterales tapizados de baldosas y mosaicos. En las fotos que vemos a continuación encontramos antiguas y bellas solerías, con décadas y décadas de vida, y diseños actuales.







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