sábado, 16 de mayo de 2015

TURISMO, DE ENSUEÑO ROMÁNTICO A IMPULSOR ECONÓMICO.

         Si nos transportamos a la época de los viajeros románticos, nos sería fácil imaginar a Humboldt leyendo “Pablo y Virginia” de B.Saint-Pierre,  y experimentando un sentimiento de la naturaleza nuevo hasta entonces, y que influyó en los geógrafos del siglo XIX. Desde esta concepción, el paisaje y la naturaleza pueden interiorizarse recurriendo a la pasión y a la sensibilidad.
       Entre los siglos XVIII y XIX, muchos viajeros, de las clases más pudientes de Inglaterra, viajaban por Europa, especialmente por Francia, Italia y Grecia, como parte de su formación de juventud. Hablamos del Grand Tour. Frecuentemente estos viajes se plasmaban en obras literarias, a través de impresiones subjetivas (Hasta ese momento se habían relatado los periplos de manera formal y descriptiva). Más adelante se incluyó Andalucía como destino exótico, distinto, barato y accesible, de forma que en la segunda mitad del s.XIX, nuestra tierra se convirtió en una industria turística incipiente.
       Así fue como la economía local comenzó, paso a paso, a resurgir favorecida por la mejora de los transportes, la creación de alojamientos, de tiendas de recuerdos y fotografía, etc
A raíz de la prosperidad económica de los años 20, la actividad turística se extendió por casi todas las capas sociales. Y a partir de 1950, la generalización de las vacaciones pagadas y el avance del transporte aéreo hizo que llegaran masivamente turistas extranjeros a Andalucía.
          Si nos preguntamos el motivo de este cambio en una país como el nuestro casi desconocido a un país de moda turísticamente hablando,  encontramos respuesta en D. A. López Ontiveros, que nos habla en sus escritos de las causas políticas, económicas, artísticas ....que propiciaron este espectacular cambio,  además de los
factores literarios.

        Y para finalizar….leamos lo que dice Lleó ("España y los viajes románticos" Estudios turísticos, 1984): « ¿ Que busca el viajero romántico... en España?... El hombre romántico no mira al mundo desde una posición ética, como el de la Ilustración, sino desde una visión estética. El mundo va a ser juzgado, no ya en la medida en que siga los principios de la Razón, sino en la medida en que conmueva el alma. Y para el alma europea, la propia "diferencia" de España, es decir todo aquello que nos había mantenido marginados durante el siglo XVIII, va a convertirse en fuente de exquisitas o atroces emociones».


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