miércoles, 10 de septiembre de 2014

La sencilla armonía de la arquitectura popular

       La arquitectura popular de Los Pedroches tiene un gran valor patrimonial y es en gran medida dependiente de la armonía existente entre el hombre y el entorno geográfico. Podríamos decir que activa nuestra memoria colectiva, comprendiendo nuestro pasado a la vez que dignificamos nuestro presente.
    Nuestro paisaje arquitectónico queda supeditado en gran parte a la actividad económica tradicional desarrollada en la comarca, a la herencia cultural y al devenir histórico.
      En cuanto a las edificaciones y viviendas familiares, se puede apreciar un tipo de construcción más horizontal que vertical. Exteriormente hay que  afirmar que la arquitectura se inserta en el paisaje de dehesas y olivares, y es una seña de identidad nuestra, gracias a la utilización del granito principalmente. También contamos con la cal, que enriquece el aspecto estético al blanquear los enlucidos. Otro elemento clave es el hierro que se  aprecia en ventanas y balcones. Los más antiguos estaban hechos de forja.
(En las imágenes podemos observar todo ello).
       Además hay detalles muy destacados según los distintos pueblos, como las “tiras” de las fachadas de Añora, o los escudos y blasones de Dos Torres, los enchinados de Pedroche, la calle Real de Villanueva de Córdoba, las ventanas con escudos de los Sotomayor de Hinojosa, la calle Hospital de Santa Eufemia y la Puerta de la Villa, etc., etc.
       En el interior, las casas se estructuraban con un pasillo central siempre lo suficientemente ancho, para que pasaran tanto personas como animales, ya que tras atravesar el corral o patio, se llegaba a una parte final o trasera donde se encontraban las cuadras y otros habitáculos para albergue de animales domésticos y de trabajo.
El pasillo además de anchura, tenía una altura importante facilitándose el recorrido con las bestias cargadas y con los aperos de labranza después de terminadas las labores del campo. De ahí que también se empedrara esa parte central del suelo (como podemos apreciar en la  foto). En los techos se admiramos hermosas bóvedas tanto en pasillos como en habitaciones.
       A ambos lados del pasillo se situaban las habitaciones y aún siguen así configuradas la mayoría de las casas actuales, incluso las de nueva construcción.
       Tras el patio y antes de llegar a esta parte del fondo, solía ubicarse la cocina con chimenea que servía además de comedor. Normalmente se iluminaba con ventanas que daban tanto al patio central como al corral final. Muchas de las viviendas tenían un horno, gallinero, huerto y pozo, y prácticamente todas poseían una zona de almacenamiento de cereales en la planta superior, llamada “cámara”.
       Caro Baroja hablaba de que “se puede recuperar la memoria de un pueblo mediante los símbolos que en él perviven”. Y en estas viviendas y construcciones tradicionales de Los Pedroches podemos encontrar señas de identidad a través de símbolos como inscripciones en el granito, escudos, etc. y en el interior de ellas, como pesebres,  establos, pilas de granito para lavar.. De ese carácter simbólico del patrimonio surge la capacidad de plasmar la identidad. La arquitectura popular es el efecto y consecuencia de un conocimiento del clima, de los materiales constructivos y de las exigencias de la vida agropecuaria en nuestra zona.  Es conductora y representativa de toda una forma de vida, y de ahí su belleza, su expresividad , y su sencilla armonía.










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