Casi finalizamos el mes de
Septiembre y celebramos la festividad de
San Miguel, una de las vinculadas a las
festividades equinocciales.
Junio marcó el inicio del verano, y
septiembre marca el final. Son los fenómenos
astronómicos del solsticio y del equinoccio los que dan protagonismo a estos meses y además
se relacionan con lo religioso.
En el refranero de junio se encuentran muchos
refranes alusivos a San Juan, y en el de septiembre, se da mucho protagonismo a
la advocación de San Miguel. Se exaltan las cosechas y el cambio de ciclo que
se inicia con el otoño. Mes de dicha y abundancia tras los trabajos del verano
y antes del duro invierno.
Hasta hace poco, agosto era un mes de
trabajo, de cosecha, y septiembre de descanso y regocijo. En otros tiempos, con
la llegada del otoño, una vez recogidas las cosechas y pasado el día de San
Miguel, patrono de los muleros (entre otros colectivos), el agricultor empezaba nuevas faenas como la
sementera o la siembra de cereales. Se araba el campo, si las lluvias habían
aparecido, y se preparaba la tierra para sembrar trigo, cebada, centeno o
avena.
En el aspecto religioso, el origen de la
devoción a San Miguel es muy antigua en la Iglesia. Los judíos lo consideraban
“protector del Pueblo de Dios”. Los
cristianos de Egipto pusieron al río que les daba la vida, el Nilo, bajo la
protección de San Miguel. Adoptaron la fiesta griega y la celebraban el 12 de
noviembre. El 12 de junio, cuando el río comenzaba a crecer, se celebraba San Miguel de forma más especial. En Oriente empezaron pronto las fiestas
dedicadas a San Miguel. En la época de Constantino existía ya una iglesia dedicada a
él, en Constantinopla. Después la devoción pasa a Roma donde erigieron en el
siglo VI la basílica de la Via Salaria, que dio origen a la fiesta del 29 de
septiembre. De ella se hace mención en itinerario Salisburgense siendo el más
antiguo y venerado santuario romano en honor al Arcángel.
Hay
algo curioso y es que en bastantes ocasiones las basílicas e iglesias dedicadas
a San Miguel se encuentran en sitios altos, cosa que a veces se relacionaba con
leyendas de monstruos vencidos por ciertos personajes, con la ayuda de su santo
protector. Parece, por tanto, que hubiera un precedente histórico de que ciertas basílicas
erigidas en honor de S. Miguel sustituyeron a antiguos lugares de cultos
paganos. Según esto el gran Cardenal Schuster escribía: “En vez de suprimir
violentamente costumbres populares profundamente arraigadas en el corazón del
pueblo, lo que ha hecho (la Iglesia) ha sido darles un significado espiritual,
para sí poderlas conservar y asimilárselas”. “La iconología y
atributos de San Miguel es una prueba más de esta sustitución. San Miguel
acogerá atributos de numerosas divinidades, especialmente del egipcio Anubis,
pesador de las almas en una balanza, del Hermes griego y del Mercurio romano,
como aseguran numerosos historiadores de religiones comparadas”.
En lo artístico, San Miguel es representado como guerrero
angélico, armado con un casco, espada y escudo (frecuentemente la armadura o su
escudo presentan la inscripción en latín “Quis
sicut Deus”, es decir, “Quién como Dios”, significado del
nombre hebreo Miguel). San Miguel se
ve en algunas representaciones, parado sobre el dragón, a quien a veces clava
una lanza. También sostiene un par de balanzas
en donde pesa las almas de los difuntos, o el libro de la vida, para demostrar
que Él toma parte en el juicio. Muy cerca el demonio suele intentar falsear la
balanza. También lo podemos ver con un rayo fulminando al diablo.
En cuanto a las tradiciones, en
Villanueva de Córdoba se celebra el 29 de Septiembre, siendo el patrón de la
Villa. La Hermandad de Tocayos del
Patrón organiza cada año diferentes actos junto con el Ayuntamiento y la
Parroquia de San Miguel. Se realiza en
ésta un Triduo solemne acompañado por la Coral polifónica S.Miguel. También se
realizan torneos de petanca por la mañana, se recoge al Abanderado junto con la
Banda de Música, se realizan ofrendas florales, comida de Hermandad y verbena
en la plaza pudiendo degustar los típicos garbanzos tostados.