jueves, 20 de octubre de 2016

GRANADA MADURA, TENTACIÓN SEGURA

        Como homenaje al otoño, hablaremos de las GRANADAS protagonistas en  postres y ensaladas y en muchas pinturas, en los que se nos presentan éstas como estrellas. De forma colorida y jugosa, como si fueran rubíes. En Los Pedroches, con dos granadas, medio vaso de vino tinto y una cucharadita de azúcar, conseguimos un postre extraordinario tras dejarlo reposar un par de horas. O podremos degustarla en ensalada de col aliñada con ajo, sal, vinagre y aceite, donde la granada será el colofón de color y sabor.

 
      Los productos alimentarios se han patrimonializado, debido a la ampliación del concepto de patrimonio, del paso de lo material a inmaterial, de lo económico a lo cultural y de las tradiciones y costumbres gastronómicas cotidianas a la identidad. Por ello, tanto valor debemos dar a nuestros productos, fruto del territorio y de su historia.
         El granado es un árbol originario de la zona que abarca desde Irán hasta el norte del Himalaya en India, y fue  naturalizado en todo el Mediterráneo , desde la Antigüedad. Se sabe del cultivo del granado, desde hace al menos 5.000 años en Asia occidental y en el Norte de África. La pulpa de la granada ha sido siempre una base importante para condimentar diversos platos de nuestra cocina.  Abd-al-Rahman, el primer emir omeya de Córdoba, fue quien las trajo de Bagdad en el siglo VIII..

        En cuanto a la pintura y el arte relacionados, traemos a este blog  un cuadro de Francesco Noletti (1611-1651) pintor apodado El Maltés y de gran reputación en Roma. Y por otro lado, un cuadro de José Ferrer (1746-1815), pintor español, castellonense.


      En general es muy normal que haya símbolos y alegorías camuflados tras la representación de bodegones, utensilios de cocina y alimentos. Las frutas se asociaban con los cuatro sentidos, y aludían también a virtudes y vicios. Las flores y frutos se relacionaban con la belleza, simbolizando a niños y mujeres.
También el bodegón podía tener un fin didáctico o moral. ,Por ejemplo, representar calaveras y relojes indicaba la rapidez del paso del tiempo y la imposibilidad de detenerlo, refiriéndose a lo efímero de la vida.

 ¡Qué hermosa esta granada, Platero!. Me la ha mandado Aguedilla, escogida de lo mejor de su arroyo de las Monjas. Ninguna fruta me hace pensar, como ésta, en la frescura del agua que la nutre. Estalla de salud fresca y fuerte. ¿Vamos a comérnosla?.
¡Platero, qué grato gusto amargo y seco el de la difícil piel, dura y agarrada como una raíz a la tierra! Ahora, el primer dulzor, aurora hecha breve rubí, de los granos que se vienen pegados a la piel. Ahora, Platero, el núcleo apretado, sano, completo, con sus velos finos, el exquisito tesoro de amatista comestibles, jugosas y fuertes, como el corazón de no sé qué reina joven. ¡Qué llena está, Platero! Ten come. ¡Qué rica! ¡Con qué fruición se pierden los dientes en la abundante sazón alegre y roja!. 

(J. R. Jiménez, Platero y yo)

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