lunes, 23 de junio de 2014

Villanueva de Córdoba desde el aire: tejido de calles, plazas, patios y campo...


Preciosa panorámica donde se aprecia uno de los ejes vertebradores del  pueblo, como es el Paseo de Andalucía (antiguo Paseo de la Estación) y la calle Pedroche.  Se ve una trama viaria bastante regular. Las calles principales son las más anchas, y suelen estar cortadas de forma perpendicular por otras secundarias, más estrechas y con más pendiente (así antiguamente se facilitaba la evacuación de aguas).
       La calidad visual de nuestros pueblos es magnífica y connatural porque junto al diseño urbano general, se manifiesta particularmente la torre de la iglesia principal. En cuanto al entorno,  la escena es llamativa y bella debido a la fusión o combinación del campo y del pueblo. Como relata CHANES Y XIMENA “el campo se ve siempre desde el interior del pueblo; el campo, podemos decir, que está dentro del pueblo. Es difícil definir claramente dónde termina el paisaje para convertirse en pueblo, dónde dejamos de percibir el pueblo como conjunto para decir que estamos dentro de él...”
       En Villanueva de Córdoba se intenta evitar la edificación de altura y estilo discordante, que dificultaría la vista panorámica y rompería la identidad, si bien, en las afueras, los edificios como garajes, autoconstrucciones, polígonos industriales, etc., desvirtúan la estética del entorno.
        En este pueblo de Los Pedroches, se diferencias varias partes, tal y  como nos explica VALLE BUENESTADO“en Villanueva se diferencian perfectamente dos conjuntos urbanos: el casco antiguo y el ensanche moderno” (parte antigua de forma circular con los edificios más emblemáticos y viviendas particulares; por lo general los cascos históricos son de plano irregular pues datan de época medieval, siendo desordenados y compactos.)  y con respecto a la parte surgida por el crecimiento, relata “ensanche por excelencia que es el espacio delimitado por la zona del Calvario, y calles San Miguel, Moreno de Pedrajas como columna vertebral al tiempo que eje de simetría de todo el conjunto”. Continúa diciendo este autor conocedor como ningún otro de este asunto en nuestra comarca,  que “la ampliación del casco de Villanueva, operada a finales del siglo XIX y principios del XX, vino a tener un significado equiparable al que tuvo la expansión urbana en las grandes ciudades españolas y europeas”.
       Relacionando todo ello con el patrimonio y el turismo, la repercusión de los ensanches se puede ver muy bien reflejada en las siguientes palabras de JM.QUADRADO: “No hay apenas Ayuntamiento ni concejal que no se haya propuesto fundir y regularizar la población a su manera, trazando líneas sobre el mapa topográfico cual sobre un yermo erial lo hiciera, sin desviar jamás su inflexible recta por consideración alguna, a no ser una que otra personal…los arcos caen, los saledizos se espejan, los paredones se blanquean, las calles se ensanchan para abrir paso al carro triunfal de la civilización, y si por ellas no cabe, se le franquea brecha, como al caballo de Troya, a través de monumentos seculares”.
A veces, con el entusiasmo por el disfrute “universal” del Patrimonio ,se nos escapa de las manos lo autóctono. Pensando en la delectación “global”  se quedan sin luz los bienes, sin espacio ni tiempo, es decir, fuera de su contexto y de su carácter local. Este fenómeno se aprecia con claridad en el hecho turístico pues nuestra herencia cultural tomada como bien común,  hace que el turista lo vea como parte de la esfera y corriente turística, percepción distante y superficial. Su percepción no sea objetiva por tanto. Habría que saber transferir el verdadero significado del patrimonio local al verdadero turista, visitante o viajero, y desde la profesionalidad de quienes lo conocen, aprecian , valoran y conservan.



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