Partamos de la necesidad de
reivindicar el agua como patrimonio mundial, y como un derecho fundamental. La
globalización y la escasez de agua nos obliga a utilizar la educación como
medio sensibilizador y de concienciación.
Como
bien dice la Directiva Marco del Agua del Parlamento Europeo y el
Consejo de la U.E., “el agua no es un bien comercial como los demás, sino un
patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal”. Por ello debemos
difundir la naturaleza patrimonial del agua, y su relación con la cultura de
los pueblos, que se manifiesta a través de usos y costumbres (ya sabemos de los
lavaderos, pozos públicos, pozos en fincas, abrevaderos, pilas, antiguos
aguadores, lavanderas, etc. de nuestra Comarca); y por supuesto debemos ayudar a su
conservación.
Por otro lado, el agua forma
parte del territorio. En los medios semiáridos, el agua es un elemento
diferenciación paisajística, y en Los Pedroches donde alternamos periodos de
lluvias con otros de manifiesta aridez, el agua deviene en bien de lujo.
El agua determina la
fisonomía de un lugar, junto con sus otros recursos naturales. Unida a
los elementos antropogénicos, resultado de las actividades humanas, y que en
relación al asunto de agua, tendrían mucho que ver con la redirección de aguas
subterráneas y también superficiales, creación de pozos, dibujan y diseñan la faz de nuestro territorio.
El agua ha sido una frontera
natural entre comunidades culturales distintas. Ha servido de nexo de unión y
de separación entre ellas.
Algunos de
los manantiales y fuentes, son puntos de la superficie del terreno en los que,
de modo natural, surge el agua procedente de un acuífero, constituyendo un
recurso vital para el patrimonio natural. Se localizan en piedemontes, en los
contactos entre materiales permeables e impermeables, En una de las imágenes vemos una antigua
fuente en zona de olivar entre Villanueva de Córdoba y Obejo. La tierra más
arcillosa, más permeable, retiene mejor el agua, haciendo que sea más fértil el terreno, a diferencia de la zona de granito.
A nivel de cursos fluviales y del
municipio de Villanueva, se organiza una red de arroyos de bajo caudal y curso
intermitente que vierten sus aguas hacia las cuencas del Guadiana y del
Guadalquivir, y son significativos en cuanto a que actúan como divisoria de
aguas entre ambas cuencas. Cosa que en toda la comarca ocurre así.
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